ARTE _verónica ruth frías @ABC_Cultural
Día 03/06/2015 - 11.21h
Enlace
http://www.abc.es/cultura/cultural/20150527/abci-proyecto-cultural-veronica-ruth-201505271138.html
«NO», el grito peludo de Verónica Ruth Frías por la visibilidad de la mujer.
Las redes sociales se han confabulado de nuevo para dar pie a un proyecto coral,el titulado «NO», con el que Verónica Ruth Frías denuncia el papel de la mujer en la sociedad actual.
Cuando Ana Mendieta caía desde la ventana, lo único que se escuchó fue un «NO». No se sabe si era un «NO me mates» o un «NO tengo más ganas de luchar». Lo único claro en esta misteriosa historia es que mientras caía se le escuchó decir esa negación. A veces yo también tengo ganas de saltar por una ventana o que me empujen y caerme. Las mujeres siempre han estado en una situación de inferioridad en esta sociedad, y las cosa NO han cambiado mucho a mis ojos. Desde la muerte de Mendieta, en 1985, seguimos siendo un porcentaje ínfimo las que participamos en cualquier bienal o feria de arte, somos tres gatas mal contadas las que maullamos con garras y dientes afilados, aunque detrás de esas tres gatas haya tres millones más.Es triste
Es triste. Cuando voy a una exposición o cae en mis manos un catálogo, instintivamente hago recuento de cuántas mujeres y cuántos hombres hay. Si llevase un diario, con sus porcentajes exhaustivos, estaría lleno de lágrimas en cada página, más que un diario sería un naufragio, NO hay que querer ver el vaso medio lleno: el nuestro está vacío. Por otro lado, cuando una mujer despunta en el mundo del arte, como, por ejemplo, la grande por excelencia, la señorita Abramovic –Si fuera española la llamaríamos «la folclórica»– NO tiene otra cosa que afirmar que ella NO es feminista, algo que nada tiene que ver con dejarse los pelos de las axilas, sino con la igualdad entre hombres y mujeres. Y mientras se tatúa una estrella de cinco puntas en el vientre, señala que una artista que tiene hijos NO puede ser una buena artista.«Hasta 133 mujeres se han sumado a mi proyecto; un grito peludo en toda regla»
Esta afirmación tuvo
lugar coincidiendo con su exposición en el CACMálaga.
Para mí fue como una patada en mis partes más íntimas. Tanto me
indignó que me vi en la obligación de contestarle
utilizando las armas de artista –porque
lo sigo siendo, aunque sea mujer y tenga dos maravillosas hijas–:
El
Método de Marina Abramovic no funciona cuando tienes hijos,
un proyecto en el que trabajo con mi hija Myna generando una parodia
irónica y reflexiva del vídeo de Abramovic con Lady Gaga. NO es
menos cierto que mientras yo invierto tiempo en limpiar la mierda de
mis hijas, ella
se acomoda en una pulcra sala de un cirujano plástico
de Nueva York para que le inyecten Blu tack –que es lo que
utilizamos los artistas para pegar nuestras obras a la pared cuando
NO tenemos dinero para marcos– y seguir manteniendo esa apariencia
de diva impecable.
A mí, ahora, me huele mejor lo mío que lo suyo y seguro que, como
dice mi madre, me
duele a mí más que a ti.
«Si te quise fue por tu pelo»
Aunque nos empeñemos
en cambiar las cosas y parezca que avanzamos poco a poco, ese
NO de Ana sigue estando presente.
Hace nada me llamaron para participar en una exposición colectiva
debido a que su comisario, después de disfrutar de la última
retrospectiva de las Guerrilla
Girls en Matadero, se dio cuenta de que en su programación
había muchos más hombres que mujeres, y quiso contribuir con una
reflexión: nos propuso a cuatro artistas mujeres participar como
infiltradas, con total secretismo, en la nueva exposición que iba a
inaugurar en el espacio que dirige y en la que el
plantel inicial eran cuatro hombres.
«Un grito contundente de las mujeres frente a la omnipresencia masculina en la sociedad»
Mis compañeras y yo
estuvimos trabajando cada cual en su pieza. En mi caso, opté por una
técnica artesanal asociada a la mujer, y realicé una
frase bordada con hilo negro sobre una colcha
blanca en la que se podía leer: «Mira que si te quise fue por tu
pelo, ahora que estas pelona ya no te quiero», mítica frase de
Frida
Kahlo, que siempre ha resonado en mi cabeza, y que
algún día me tatuaré sin dudarlo. Una obra en la que la artista
aparece vestida con traje de hombre, con el pelo corto y las tijeras
en la mano: una
masculinización en toda regla. La potente frase
resume gran parte de mis reflexiones sobre el papel de la mujer en la
sociedad, en general, y en el arte, en particular, porque NO
estamos presentes ni parece que se nos espere. Una
vez inaugurada la exposición y descubiertas las infiltradas hasta en
la hoja de sala, cuando tocó hacer la crítica de la misma, cuál
fue mi sorpresa al advertir que NO se nos había
tenido en cuenta por parte del crítico, aún siendo parte
indisoluble de la propuesta. La reflexión sobre la situación de la
mujer en el arte por parte del comisario dejaba
en evidencia su palmaria realidad: NO fuimos
infiltradas, fuimos invisibles y esta es una de las miles de púas
que tengo clavadas… Hoy
parezco más un cáctus que una persona.
Un par de piernas en condiciones
Cuando me ofrecieron
la oportunidad de hacer este Proyecto ABC Cultural, en mi cabeza
rondaba continuar y concluir A
153 cm sobre la tierra. Pero para hacer este proyecto sólo
tenía un inconveniente: que mi
menisco lleva fastidiado desde hace ya un mes. Así
que, por un instante, me encontré sin saber qué hacer. Entonces
pensé en un par de proyectos inconclusos que podía retomar, pero
necesitaba
un par de piernas en condiciones para hacerlos, ya
que suelo ser la
cara, el cuerpo y las manos de mis trabajos. Una
tarde, para que pudiese hacer reposo, mi querido esposo –un
feminista encantador que, ante la ilusión que me hacía que nuestras
niñas llevasen primero mi apellido, decidió
darme ese gustazo–, se las llevó al parque y,
aunque prometí
que NO me movería del sofá, subí las escaleras,
busqué en mi caja de pelucas y me coloqué la rubia con la que
siempre aparezco en mis proyectos.
«NO somos iguales, ni queremos serlo y tampoco deseamos que ningún género sea más que otro»
Como me rondaba la
idea de sacar adelante una obra sobre si Dios fuese mujer, me
puse diferentes barbas postizas y,
con el móvil, me hice algunas fotos. Es curioso, pero, cuando uno se
coloca una peluca, es como una especie de meditación: imagino que,
al NO transpirar bien el cuero cabelludo, las
ideas se empiezan a agolpar.
Conforme miraba las fotos, se me vino a la cabeza la imagen de
Mendieta con la perilla realizada con recortes del pelo de su marido.
Sí. Su marido. Aquel que sigue guardando el misterio del NO y que
acaba de inaugurar exposición en el Museo
Reina Sofía.
Cuanto más
profundizaba en la vida de Mendieta, más me apetecía hacer un
proyecto que naciese de ella, un homenaje quizás, y decidí
subir mi foto barbuda al Facebook, red social sin la cual este
proyecto NO habría sido posible, y, en un instante, ya lo tenía, lo
vi claro: necesitaba
que mujeres artistas se hicieran una foto con barbao bigote
y me la enviasen; voces individuales que gritan por un mismo fin. En
ese mismo momento me pregunté: ¿Por qué sólo artistas? NO sólo
en el campo de la creación estamos ausentes y poco valoradas, sino
en toda la sociedad en general. Así que escribí un mensaje genérico
en el que pedía la colaboración en este nuevo proyecto que se
estaba fraguando. Han sido exactamente 133
las mujeres que finalmente se han sumado a
mi proyecto; un grito peludo en toda regla de mujeres barbudas y/o
bigotudas que me han hecho extremadamente feliz. Luego dirán que
nosotras
NO nos apoyamos las unas a las otras, y
seguirán mintiendo. Durante la semana de duración de la
convocatoria, me di cuenta de que este proyecto titulado «NO» sería
colectivo, vivo y abierto. Algunas de las imágenes eran increíbles.
El conjunto de todas habla por sí solo: un grito contundente y
directo de las mujeres frente
a la omnipotencia y omnipresencia masculina en la sociedad.
«Hay que masculinizarse»
Las he dividido en
cuatro bloques: Mujeres
que miran al frente; Mujeres
que miran al cielo o con esperanza a algún sitio;
Mujeres
como diosas, aquellas imágenes que nos transportan
a otro espacio-tiempo en el que otra realidad divina es posible; y
Mujeres
incatalogables, donde están todas aquellas
instantáneas que no he conseguido unir a ninguno de los apartados
anteriores. El proyecto aquí presentado plantea la tesis de que,
para sobrevivir como mujer en esta sociedad, hay
que masculinizarse, pero esto NO es sino un
postizo, un artificio añadido que nos otorga un estatus dentro del
mundo fálico. Pero no
es real: nosotras NO somos así; nosotras somos
mujeres y como mujeres queremos y debemos vivir y morir. Ya NO
seremos más aquella Eva que nació de la costilla de aquel varón.
Ahora partiríamos esas costillas porque la igualdad, lejos de lo que
dicen y prometen, esta
lejos de ser una realidad patente.
NO
somos iguales, ni queremos serlo y tampoco deseamos
que ningún género sea más que el otro; sólo un trato igualitario
con respecto a las diferencias y sin este
sentimiento
de inferioridad que nos acecha a todas. El vaso NO
está lleno y es labor de todas y todos llenarlo, y aunque el mío
rebose de felicidad después
del apoyo brutal que me han brindado todas las
mujeres que han participado en este proyecto barbudo, pero también
por todas aquellas que participarán: mujeres, hermanas, amigas,
madres, hijas, desconocidas o amantes, habéis puesto vuestro grano
de arena para la
gran montaña que se prepara, un punto y seguido en
una narración asfixiante en la que nadie tenía tiempo de respirar.
PD: Si alguien
intenta empujarme por una ventana, está claro que SÍ
seguiría luchando.
Verónica Ruth Frías
(Córdoba,
1978)
Confiesa Verónica
Ruth Frías que, desde 2005, viene transformando
su apariencia a través del disfraz, el maquillaje y
hasta el camuflaje para adquirir otras identidades. De esta forma,
nos cuenta y relata aquello que le preocupa, le
indigna o,
simplemente, le apetece. La cosa, pues, viene de ese fecha, cuando en
Disfrazando
el arte, se
caracterizó como 16 artistas del pasado. El proyecto fue
seleccionando para Explum'08.
Dos años después, Frías se
convirtió en la protagonista
de ocho cuentos en
Comiendo
perdideZ (proyecto
becado por la Fundación
Rafael Botí); y así se fue colando en su imaginario una
tendencia que también será recurrente en su producción: la de
poner
en entredicho los chichés y roles asociados a la mujer
y que llegan hasta este Proyecto ABC Cultural que ahora presenta, en
el que la artista se
le sube a las barbas a
la invisibilidad de las mujeres en el arte, en particular, y en la
sociedad, en general.
Llegarían después otros proyectos,
en solitario o en colaboración con su pareja actual, el artista Cyro
García, hasta que
la
maternidad da
un giro más o menos inesperado a su labor y Verónica comienza a
luchar por definir una nueva identidad: la de la
súper-mujer-artista-madre.
La serie Súper
M o el proyecto La
familia (Línea
de Costa. ECCO, 2014) son muy buenos ejemplos.
El humor y la ironía son ingredientes
básicos de una artista que lleva siempre
dibujada una sonrisa en el rostro.
De esta forma, desde 2013 lleva desarrollando un Duelocon
otra videocreadora –Beatriz
Sánchez–
que funciona como viral en vimeo y redes sociales y con el que
critican la competitividad
del sistema arte.
Actualmente, nuestra protagonista se
encuentra finalizando el proyecto 1,53
metros sobre tierra,
que pudo verse en Madrid en la
feria Jaalphoto y que verá la luz a finales de año en Casa
Sostoa (Málaga), donde
ya
antes se había infiltrado.